Primeros días en la Maestría

El Colegio Nacional de Guerra, como en un principio fue denominado el Instituto de Altos Estudios Estratégicos; siempre me llamo la atención, mis dos abuelos fueron excombatientes de la Guerra del Chaco, ambos lisiados, uno de ellos, Don Adolfo Vázquez murió antes que yo naciera, sin embargo Don Felix Sila Gonzalez nos extasiaba a todos los nietos con sus historias, imposible no sentir el Patriotismo de un excombatiente, falleció hace unos pocos años y era notable como por las madrugadas a veces, salía corriendo de la habitación y se tiraba al suelo, nunca pudo superar esa conducta, decía escuchar venir soldados corriendo y activaba su procedimiento evasivo; lo cierto es que esta experiencia de niño, despertó en mi el interés de conocer la historia militar del Paraguay. En el colegio aprendí algo pero como era religioso no se tocaba mucho de la crudeza de la realidad,  al menos no como lo relataba el abuelo.

A los 16 años y con permiso firmado por nuestros padres, unos 5 ovetenses nos presentamos a la admisión del Cimefor Fuerza Aerea, en aquel entonces 1995, la rutina del Cimefor era de carácter internado de lunes a viernes, franco (Dias Libres) los días viernes desde las 17, regresando domingo a la misma hora, todo el mes de enero. Ingresamos los 5 y servimos los 2 años obligatorios con los desfiles opcionales incluidos, viajábamos de Coronel Oviedo y nos pelábamos la cabeza en enero, mayo y agosto para los desfiles oficiales (Ore fanático formal), para los desfiles opcionales solo activábamos con un camarada y amigo, Rodrigo Espinola Solaeche, con quien también decidimos tomar el año opcional del tercer periodo para el ascenso al rango de oficial, conseguimos el ascenso en 1997 y nos llevábamos ademas de la precinta de oficial, un cambio de conducta y patriotismo que hasta hoy agradecemos a esta experiencia. Sin dudas nuestra manera de actuar, de pensar, de sentir en función a la Patria cambio para siempre, el respeto a la autoridad no por la persona, sino por lo que representa, el valor a la familia y lo que se da uno cuenta al momento de dispensar de los cuidados de sus Padres, el responsabilizarse de sus actos y miles de valores mas que no conozco otra institución que pueda inculcar a un ciudadano, y que se pueden escribir hojas enteras enumerandolas. 

Empero de todo lo anterior, nada es mas importante en ese proceso de aprendizaje, como lo fue  conocer la fuerza y el valor de la voluntad del ser humano, fue ahí, donde muchos de nosotros aprendimos a no rendirnos y a saber que si uno tiene fuerzas para decir "No puedo mas", entonces quiere decir que todavía podes ahorrarte ese esfuerzo de hablar y seguir con la actividad, aprender que la raza guaraní no se doblega y que saca de su sacrificio la fuerza de seguir mirando en la Bandera Patria el motivo para dar un paso mas. Las retretas nos mostraron en las hurras a nuestros héroes y ese vibrar en las gargantas de los camaradas, hacían temblar no solo el pecho, sino daba a sentir la sangre calentarse y querer estar en el lugar de los Chaqueños o en Acosta Ñu, para poner también nuestros pechos en muralla defendiendo nuestra raza. Estos momentos que pasa uno de joven son muy difíciles de expresar, pero igualmente difícil se torna borrar esa inyección de potencia que se recibe al conectarse con su raíz, con su historia, con su Nación. Vimos el mundo diferente y al Paraguay poderoso, a pesar de sus limitaciones. Se puede entender porque nuestros adversarios en aquel tiempo decían que "Al Paraguayo hay que matarlo en el vientre de su madre". 

Todo lo anterior me motivo a presentarme a la selección de esta maestría, y tengo que decir que es un alto orgullo para mi, como joven del interior, estar hoy sentado al lado de altos mandos de las Fuerzas Militares y Policiales, de destacados profesionales del Sector Público y Privado, quienes estoy seguro aportaran en mucho a mi proceso de crecimiento no solo académico, sino como ciudadano Paraguayo y sobre todo como persona. En estos primeros días de clase estoy asombrado por el respeto de todos, la voluntad de aprender y el compañerismo que ya en este corto tiempo se va demostrando en las actividades que desarrollamos. 

El entusiasmo es alto pero la tarea recién empieza, será nuestra determinación y el amor a la Patria, la que nos haga perseverar en la dedicación y el trabajo en equipo, será nuestro logro el que todos los 68 compañeros cursantes, lleguemos a un Diciembre exitoso con justo merecimiento, recibiendo nuestros diplomas de egreso. 

Con la mirada puesta en Dios, el amor a la Patria, la honra máxima a los Padres y el aprendizaje constante no existe barrera que nos impida hacer de nuestra Nación, la que un día soñaran nuestros Próceres y sobre todo la que se merecen nuestros hijos.

VIVA EL PARAGUAY!